Skaftafell en Islandia, un oasis entre el hielo y la arena
Entre el Vatnajökull por el norte (el mayor glaciar de
Islandia) y Skeiðarársandur por el sur (el sandur más extenso del mundo), se
encuentra la reserva natural de Skaftafell.
Skaftafell fue establecido como parque nacional por derecho
propio en 1967, pero en el año 2008 quedó integrado en el más grande de Vatnajökull
(el parque nacional de Vatnajökull es el más extenso de Islandia).
Esta zona es muy popular entre los senderistas. Desde el
centro de visitantes parten numerosas rutas con distintos niveles de
dificultad. Nosotros hicimos una muy facilita de trazado circular, que tiene
como puntos fuertes la conocidísima cascada Svartifoss y el mirador de Sjónarsker.
En la primera parte del camino, que es toda de subida, hacemos una pequeña parada para contemplar Hundafoss, una cascada poco importante (para ser de Islandia) pero muy bonita, que tiene una caída de unos 24 metros.
Después de haber ascendido un trecho, ya se empieza a divisar la extensísima llanura de Skeiðarársandur. Este es el sandur original del que deriva el término (en plural, sandar) para denominar a las llanuras de deshielo de origen glaciar.
Finalmente, después de una marcha de poco más de un
kilómetro, avistamos desde las alturas Svartifoss. Tiene una caída de unos 20
metros y no mucho caudal, pero las columnas de basalto que la enmarcan hacen
que Svartifoss sea una de las cascadas más reconocibles del mundo.
Bajamos el barranco y nos detenemos un momento en el puente
que cruza el Bærjargil para admirar la cascada desde abajo. Estas columnas de
basalto, como las que vimos en Reynisfjara, se formaron mediante un proceso
denominado disyunción columnar.
Después de subir por el otro lado del barranco, continuamos
ascendiendo para llegar en pocos minutos al mirador de Sjónarsker. Desde aquí, las vistas son magníficas en todas direcciones.
Skeiðarársandur se extiende en dirección sur. Esta inmensa
llanura fue el mayor obstáculo para el trazado de la Hringvegur (la carretera
de circunvalación de la isla). En 1974 se completó por fin con la construcción
de un puente, que no duró demasiado tiempo. Como consecuencia de una erupción
del Grímsvötn en 1996, un jökulhlaup (inundación glaciar) de enormes proporciones
se lo llevó por delante y tuvo que ser reconstruido.
En dirección oeste se puede avistar Skeiðarárjökull, una
gigantesca lengua del glaciar Vatnajökull. Esta es la “culpable” de la
formación de Skeiðarársandur (junto con la ayuda inestimable de los volcanes Grímsvötn
y Öræfajökull).
Hacia el norte y el noroeste se divisan las montañas de Skaftafellsfjöll libres de nieve.
Y en dirección este, en ese momento cubierto por las nubes,
se encuentra el Hvannadalshnúkur, que con sus 2.110 metros es el pico más alto
de Islandia.
En el camino de vuelta al centro de visitantes, tenemos la
suerte de ver cómo se levantan las nubes que cubrían el Hvannadalshnúkur. Un
final maravilloso para este paseo tan estupendo.
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