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Mostrando entradas de enero, 2024

Elafonisi en la isla de Creta: tres colores (azul, blanco, rosa)

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Azul y blanco cegadores. Esta es la primera impresión que recibe la retina, e inunda el cerebro casi simultáneamente, cuando Elafonisi aparece a la vista. Y eso que el día está nublado. El rosa, que no se deja ver tanto, hará acto de presencia un poco más tarde, aunque va a quedarse fijado en la memoria con la misma fuerza. Elafonisi es un islote deshabitado que se localiza frente a la playa del mismo nombre en la costa suroeste de Creta. De hecho, es casi una península. Dos grandes lenguas de arena blanca, una desde el islote y otra desde tierra firme, avanzan aproximándose entre sí aunque sin llegar a tocarse. En medio queda un canal amplio pero poco profundo. Y si se tiene en cuenta que el camino más conveniente no siempre es el más corto, se puede cruzar vadeando sin mojar la mochila. Aguas mansas y cristalinas se extienden en todas direcciones. Es principalmente en las playas que dan al sur, más expuestas al mar abierto, donde por fin se descubre el tan ansiado color rosa. Los cau

Imeri Gramvousa, una isla pirata en el mar de Creta

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El barco que nos ha sacado de la laguna de Balos, aquel pedacito de paraíso escondido en la costa noroeste de Creta, ahora nos deja en una isla desierta. Imeri Gramvousa, la isla donde desembarcamos, es muy pequeña y extraordinariamente agreste, pero no carece de atractivos. Como no tenemos mucho tiempo, debemos aprovecharlo bien y decidir rápidamente qué queremos hacer. Dos son las opciones principales: subir fatigosamente, bajo el ardiente sol de verano, por un sendero empinado y pedregoso hasta llegar a lo más alto de la isla, donde están los restos de una fortaleza veneciana, o quedarse aquí mismo, en una playa de guijarros blancos y aguas cristalinas de un precioso azul turquesa. Por lo que a mí respecta, no tengo dudas. Y no soy la única. Como una línea de puntos, los seres humanos marcamos el trazado sinuoso del camino que va desde la playa hasta la antigua fortaleza. Cuando por fin llegamos arriba hemos salvado un desnivel de 137 metros. El esfuerzo ha merecido la pena. De hech