La poderosa Gullfoss, la cascada dorada de Islandia



La cascada Gullfoss es una maravilla natural que merecería ser conocida aunque se encontrara en un lugar más remoto, pero resulta que está bastante cerca de Reykjavík. Así que no es de extrañar que sea una de las atracciones turísticas más visitadas de Islandia.



Gullfoss (cascada dorada) da su nombre a una ruta turística muy popular, el Círculo Dorado. Esta ruta es un recorrido circular que comienza y acaba en Reykjavík e incluye tres puntos fuertes: el parque nacional de Þingvellir, el valle de Haukadalur con sus géiseres Geysir y Strokkur, y por último la ya mencionada Gullfoss.


El caudaloso Hvítá (río blanco), que tiene su origen en el glaciar Langjökull, se precipita aquí en dos saltos. El primero de ellos, que ya es espectacular con sus 11 metros, se queda casi pequeño al lado del segundo. Éste, oblicuo al anterior, consiste en una caída vertical de 21 metros.



El agua cae con gran estruendo, produciendo enormes cantidades de espuma, para finalmente casi desaparecer en el fondo de un estrecho cañón, el Gullfossgljúfur, de 20 metros de anchura.



Este cañón, que tiene una longitud de dos kilómetros y medio, llegando a alcanzar una profundidad de hasta 70 metros en algunos lugares, se formó a finales de la última glaciación debido a violentos jökulhlaup (inundaciones glaciares) que aprovecharon antiguas fisuras existentes en la lava basáltica. Actualmente, se calcula que la erosión lo ensancha a razón de unos 25 cm por año.



A principios del siglo XX se consideró la posibilidad de utilizar Gullfoss, que por aquel entonces había sido alquilada a inversores británicos, para generar electricidad. Sin embargo, el proyecto fracasó, en parte gracias a la tenacidad de Sigríður Tómasdóttir, hija de uno de los dueños, que inició una larga batalla legal en contra, y en parte también a la falta de fondos para llevarlo a cabo.



Posteriormente, la catarata fue vendida al estado islandés, aunque siguió habiendo planes para su explotación. Afortunadamente, ninguno llegó a realizarse y Gullfoss pasó finalmente a formar parte de un área protegida en 1979.


La bruma provocada por las salpicaduras nos ha dejado calados, pero no importa


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