La extraña belleza de Eldhraun, un campo de lava en Islandia
Al viajar por el tramo de la Hringvegur (la carretera de
circunvalación de la isla) que discurre entre la pequeña localidad de Kirkjubæjarklaustur
por el este y el río Kúðafljót, por el oeste, se atraviesa el inmenso campo
de lava de Eldhraun.
Eldhraun, también llamado Skaftáreldahraun, se formó durante la erupción del Laki de 1783, al
que no hay que imaginárselo como un cono aislado. El Laki, o Lakagígar (cráteres del Laki) es una fisura
volcánica de unos 27 Km de longitud, a lo largo de la cual se alinean unos 140
cráteres. Esta fisura, que forma parte del sistema volcánico del Grímsvötn, se creó
durante esa erupción que comenzó en junio de 1783 y duró ocho meses.
Las cifras son escalofriantes. Durante la erupción, a la que
se conoce como Skaftáreldar (los fuegos
del río Skaftá), fueron arrojados unos 15 km³ de lava basáltica, que aprovecharon
el curso de los ríos Skaftá y Hverfisfljót para fluir pendiente abajo y
extenderse luego por esta zona, llegando a cubrir una superficie de unos 565
km².
La lava destruyó muchas granjas (Kirkjubæjarklaustur se
libró por los pelos), pero infinitamente peor fue la nube tóxica, que acabó con
la vida de unas 10.000 personas (un quinto de la población de Islandia en
aquella época) y más de la mitad del ganado. Esta nube tóxica fue la que le dio
el nombre al desastre: Móðuharðindi (las
penurias de la niebla).
La erupción del Laki también causó efectos sobre el clima mundial. La niebla tóxica se extendió por Europa y parte de Asia, provocando hambrunas, e incluso pudo influir considerablemente en la Revolución Francesa.
En estos más de doscientos años, el musgo, muy delicado y de
crecimiento lento, ha cubierto el campo de lava de Eldhraun, creando un paisaje
de insólita belleza, extrañamente mágico y sorprendente.
¿Algún elfo se ha dejado un calcetín? |
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