Paseando por Oia, un pueblo de postal en Santorini
En el extremo norte de la caldera de Santorini, sobre un acantilado que alcanza una altura de unos 120 metros, se encuentra la pequeña localidad de Oia.
Este precioso pueblo, considerado como uno de los más
pintorescos de Santorini (por no decir de toda Grecia), es mundialmente famoso
por sus vistas de postal además de por las puestas de sol.
Conocido con anterioridad como Apano Meria (lado alto), la
historia de Oia se remonta a muchos siglos atrás.
No obstante, es interesante saber que su actual nombre es bastante
reciente. Lo recibió en la década de 1930, en referencia al puerto de la
antigua ciudad de Thera. Aquel antiguo puerto de Oia se encontraba al pie del
monte Mesa Vouno, donde ahora está el pueblo de Kamari.
Hemos venido a Oia en autobús para dedicar unas horas a
recorrer sus estrechas, laberínticas y encantadoras calles.
Dominando la plaza principal, a la que llegamos sin
dificultad, se alza la iglesia de Panagia Platsani.
Se puede decir que el edificio es bastante nuevo. Se
construyó en esta ubicación en el año 1965. La iglesia original se encontraba
dentro del castillo (hacia cuyas ruinas nos vamos a dirigir), pero quedó
destruida durante el terremoto de 1956.
Al igual que el resto de Santorini, Oia está repleta de
iglesias: hay unas 70, una cantidad asombrosa para una población tan pequeña. A
tan solo unos pocos metros, nada más tomar la calle principal, nos encontramos
con otra. Esta es la de Stavros.
Hay que desviarse un poco para localizar las cúpulas de las
dos iglesias más fotografiadas de todo Santorini (con perdón de la de las tres
campanas de Firostefani).
La iglesia de Agios Spyridonas, con su campanario coronado de
azul, data del año 1867.
La de Anastasi (resurrección), con el campanario rosa, es
dos años más antigua. Se construyó en el año 1865.
Reanudamos la marcha por la calle principal. Preciosas
tiendas y locales de ocio se suceden uno tras otro. Abundan también los
rincones con mucho encanto.
Después de un tranquilo paseo y una buena cantidad de
pausas, llegamos finalmente a las ruinas del castillo de Agios Nikolaos.
En este lugar se construyó uno de los cinco castillos con
los que llegó a contar Santorini durante la época veneciana. Los otros cuatro
estaban en Skaros (del que ya sabemos algo), Pyrgos, Emporio y Akrotiri.
Construido en el siglo XV (su primera mención escrita data
del año 1480), el castillo de Agios Nikolaos quedó casi totalmente destruido por
el terremoto de 1956.
En la actualidad, sobre los restos de la torre de vigilancia,
o goulas, que son prácticamente lo único que se conserva, nos reunimos los
turistas para contemplar las casitas extendiéndose pendiente abajo.
El tipo de construcción que predomina en las laderas del
acantilado se conoce como hyposkafa (casas cueva). En una población tradicionalmente
marinera, en estas casas semiexcavadas en la roca vivía la gente
común, empleada principalmente como tripulación en los barcos.
En la parte alta, fuera ya de la caldera, se encontraban las
mansiones de las familias más adineradas. Los habitantes de este tipo de
viviendas, las llamadas kapetanospita (casas de los capitanes), eran
mayoritariamente propietarios de los barcos.
Tras el terremoto de 1956, que causó graves daños no solo en
Oia sino en toda la isla, la normativa exige que su reconstrucción se realice
respetando el estilo tradicional.
Actualmente, la población vive sobre todo del turismo y muchas
de las antiguas hyposkafa y kapetanospita han quedado convertidas en
alojamientos y lugares de ocio.
A finales de noviembre, los turistas no somos demasiados.
Mientras otros trabajan, los ociosos nos entretenemos en contemplar cómo se
afanan.
En el camino de vuelta advertimos lo avanzada que lleva la tarea el pintor de la iglesia de Agios Nikolaos.
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