El Kerameikos en Atenas: caminando entre las tumbas

Desde el Ágora Antigua caminamos en dirección oeste hasta el final de la calle Ermou para hacer una visita al sitio arqueológico del Kerameikos.

Kerameikos (Cerámico) debe su nombre a la comunidad de alfareros que se establecieron en la zona para aprovechar los depósitos de arcilla del río Erídano, hoy reducido a un arroyo.

En la actualidad, este sitio arqueológico es conocido por ser el mayor y más importante cementerio de la antigua Atenas.

Las excavaciones han revelado que la zona fue usada como necrópolis desde época muy temprana. Los enterramientos más antiguos datan del tercer milenio a.C. y a partir del siglo XII a.C. el cementerio comenzó a expandirse de manera continua.

El año 479 a.C., finalizadas las guerras médicas, es una fecha importante cuando nos interesamos por la historia del Kerameikos.

Tras la destrucción de Atenas por parte de los persas, se hacía necesario construir rápidamente nuevas defensas. A iniciativa de Temístocles, se levantó de manera apresurada un muro que rodeaba la ciudad y que dejó el Kerameikos dividido en dos: la parte oriental se urbanizaría mientras que la occidental, extramuros, permanecería como cementerio.

Por motivos prácticos, para la construcción de este muro se utilizaron fragmentos de los edificios destruidos por los persas. En el caso del Kerameikos se aprovecharon monumentos funerarios. De este modo se han conservado para nosotros numerosos restos de sepulturas de la época arcaica.

Dentro del recinto arqueológico, además de una parte de la muralla de Temístocles, son visibles los restos de las dos puertas más importantes con las que contaba Atenas.

La del Dípilon (doble puerta), la más grande y formal, era el comienzo de la Vía Panatenaica, la avenida hasta la Acrópolis que se recorría durante la procesión de las Panateneas. Desde el Dípilon partía también el camino que conducía a la Academia de Platón, situada extramuros.

La segunda, la Puerta Sagrada, era el inicio de la Vía Sacra, el camino hasta Eleusis. Constituía el punto de partida de la procesión de los Misterios Eleusinos. A través de esta puerta, también doble, discurría el río Erídano.

Intramuros, entre el Dípilon y la Puerta Sagrada, se encontraba el Pompeion. En este gran edificio, construido alrededor del año 400 a.C., se realizaban los preparativos para la procesión de las Panateneas.

La iglesia de Agia Triada y su reflejo en un charco de las ruinas del Pompeion
Volvemos al cementerio, fuera de las murallas.  En época clásica (siglos V-IV a.C.) las tumbas estaban dispuestas flanqueando los caminos que salían de la ciudad.

A ambos lados de la Vía Sacra, así como de la calle de las Tumbas (el nombre antiguo se desconoce), que parte de la Vía Sacra y llegaba hasta El Pireo, se alineaban los monumentos funerarios de las familias atenienses más ricas.

Es posible recorrer también una parte del camino a la Academia de Platón, donde se encontraba el Demosion Sema (cementerio público). En este lugar se daba sepultura con cargo al tesoro público a los atenienses ilustres y a los caídos en batalla.

Dentro y fuera del museo del sitio arqueológico del Kerameikos se exponen parte de los hallazgos de las excavaciones. A su lado, la arboleda se encuentra salpicada de cipos funerarios.

Una ley del año 317 a.C. prohibía la construcción de tumbas suntuosas. A partir de entonces y durante un tiempo, estas pequeñas columnas, llamadas kioniskoi (singular kioniskos) serían el tipo más común para marcar las sepulturas.

Además de instructivo, el recorrido por el sitio arqueológico del Kerameikos ha resultado inesperadamente satisfactorio. Esto hay que agradecérselo también a los vivos, y no sólo a las personas… ni a los gatos…


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