El azul turquesa de las playas de Menorca: Cala en Porter


En el segundo día de nuestra estancia en Menorca decidimos ir a Cala en Porter, en el municipio de Alaior, a pasar la mañana. Esta playa, aunque no tan famosa y desde luego no tan grande como Cala Galdana, es con todo una de las más conocidas del sur de la isla.



Al igual que ocurre con otras playas de la costa meridional de Menorca, Cala en Porter está emplazada en la desembocadura de un torrente, que fluye a lo largo del barranco homónimo.

Grandes acantilados de hasta 40 metros de altura flanquean esta estrecha cala. Sobre el de la izquierda se extiende la urbanización, que ha tomado el nombre de la playa. En el de la derecha, por contraste, no se ve rastro de ocupación humana.




El hecho de que Cala en Porter se encuentre tan encajonada entre estos acantilados, al fondo de un entrante de mar largo y estrecho, hace que sea una playa muy resguardada. Coincidimos en que nos parece un rincón perfecto para descansar, ideal para relajarse flotando en sus aguas tranquilas y cristalinas.



Esta mañana hemos bajado a la playa siguiendo el Camí de Cavalls (el sendero de circunvalación de la isla). La abandonamos ahora tomando las escaleras que conducen al mirador. El ascenso no es fatigoso, pero los adoradores de gatos somos incapaces de subir de un tirón.


El amplio mirador, en estos momentos solitario, ofrece una vista extraordinaria de la playa. Después de esto solo nos queda adentrarnos en la urbanización para disfrutar de nuevo de la cordialidad de los menorquines, mientras apreciamos a la vez que envidiamos su apacible amabilidad, tan propia de la gente que vive en lugares que se parecen al paraíso.


 

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