El Teatro-Museo Dalí de Figueres: La Torre Galatea de los huevos y los panes
Acabamos de llegar a Figueres y estamos impacientes por echar un primer vistazo a lo que ante todo nos ha hecho venir hasta aquí: el Teatro-Museo Dalí.
Imaginamos que no será muy difícil de encontrar, y no nos
equivocamos. Su fachada coronada de huevos gigantes, con panes de crostons
sobre las paredes de un rojo intenso, ciertamente no pasa
desapercibida.
Inaugurado en 1974, el Teatro-Museo Dalí se construyó sobre las
ruinas del antiguo Teatro Municipal de Figueres, que había resultado destruido por
un incendio en el año 1939, justo al término de la Guerra Civil.
Esta parte, sin embargo, fue incorporada posteriormente. Con el
objeto de ampliar el museo, en el año 1983 se adquirió la antigua torre y casa
Gorgot. Esta construcción, único vestigio de la muralla medieval, se llamaba así
por la familia responsable de su restauración en el año 1931.
Salvador Dalí, además de encargarse de la decoración, le
cambió el nombre por Torre Galatea, en honor a Gala, su esposa y musa, que
había fallecido en 1982.
En la Torre Galatea pasó Dalí sus últimos años. Se trasladó
aquí en 1984 tras el incendio del castillo de Púbol, donde vivía anteriormente,
y este fue su lugar de residencia hasta su muerte, acaecida en 1989.
Otro de los elementos más destacables del Teatro-Museo Dalí es
la famosa cúpula geodésica, obra del arquitecto Emilio Pérez Piñero, que cubre lo
que en otro tiempo fue el escenario del antiguo Teatro Municipal.
Bajo la gran cúpula, con forma de ojo de mosca, se encuentra la tumba de Dalí, que finalmente no fue enterrado junto a su esposa en el castillo de Púbol.
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