Atenas: la Acrópolis espléndida desde el Areópago



En la antigüedad, la acrópolis (ciudad en lo alto) estaba presente en casi todas las ciudades griegas. Nacida con propósitos defensivos, constituía el núcleo a partir del cual se había desarrollado la ciudad.  En ella se concentraban los edificios públicos más importantes y los santuarios.

De todas, seguramente la más relevante y monumental era la Acrópolis de Atenas.



Y en la actualidad es sin lugar a dudas la más emblemática. Al oír la palabra acrópolis, sin especificar, esta sería la que nos vendría a la mente a la mayoría.



Uno de los mejores miradores naturales desde los que contemplar la Acrópolis se encuentra justo a su lado. Se trata del Areópago (colina de Ares).



Desde este promontorio rocoso se tienen unas vistas excepcionales tanto de la Acrópolis hacia el sureste, como del Ágora Antigua, que se extiende hacia el norte.


La stoa de Atalo en el Ágora Antigua


El Templo de Hefesto en el Ágora Antigua

En esta colina se reunía el Consejo del Areópago, una institución muy antigua cuyas funciones, composición e importancia fueron variando a lo largo de los siglos. En un principio consistía en una asamblea de gobierno de carácter aristocrático que con el tiempo fue evolucionando y a la vez perdiendo poder político. Bajo la democracia tan solo conservaba su función como tribunal en casos de homicidio y otros delitos graves.


Desde los pies del Areópago

A propósito de casos de homicidio: según la leyenda, este fue el lugar donde un tribunal de dioses juzgó a Ares por haber dado muerte a Halirrotio, un hijo de Poseidón, que había intentado violar a Alcipe, una de las hijas de Ares.

El Areópago desde la Acrópolis


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