Viena: la Österreichische Postsparkasse o el edificio del futuro pasado
Voy a intentar formular un deseo. Quiero que exista una película (puestos a pedir, que guste a todos, no solo a mí, que no canse, que aguante bien el paso del tiempo, o mejor, que gane con el tiempo… en fin, que esté bien hecha) y quiero (esto es importante) que se pueda enmarcar dentro del género de ciencia ficción retro. Y lo esencial (aquí que el genio de la botella, por favor, ponga atención), quiero que la principal localización de la película sea el edificio de la Österreichische Postsparkasse de Viena.
La Österreichische Postsparkasse, la Caja Postal de Ahorros de Austria, fue una institución fundada en 1883 por Georg Coch. Su ubicación original en un antiguo monasterio dominico se quedó pronto pequeña. Por tanto, en el año 1903 se convocó un concurso para construir una nueva sede mucho más grande. La propuesta ganadora, de las 37 que se presentaron, fue la de un arquitecto con bastante trayectoria y ya de cierta edad llamado Otto Wagner (1841-1918).
El sentido práctico dominó todo el proyecto. La construcción se llevó a cabo en dos fases. De este modo se aceleraban los plazos para que la Caja pudiera operar en las nuevas instalaciones. Así, la sección frontal se realizó entre 1904-1906 y el resto, entre 1910-1912.
El resultado final (para ser exactos, la parte central de la fachada principal, porque el edificio es enorme) se puede admirar en la Georg-Coch-Platz, la plaza dedicada al fundador de la Österreichische Postsparkasse.
Según palabras del propio Wagner, lo que no es práctico no puede ser bonito. Y en efecto, el arquitecto aplicó este principio en la Postsparkasse para crear un edificio eminentemente funcional, sirviéndose ingeniosamente de los elementos constructivos para dotarlo de valor estético.
El peculiar aspecto de enorme caja fuerte o cofre del tesoro, tan apropiado para un lugar donde se llevan a cabo transacciones monetarias, está conseguido gracias a los pernos recubiertos de aluminio que fijan las losas a la pared.
Las victorias (lo sé, son meramente decorativas y no estrictamente necesarias, pero no seamos intransigentes) son obra de Othmar Schimkowitz (1864-1947). Están realizadas en aluminio fundido.
En el momento de la construcción de la Postsparkasse, el aluminio era un material muy novedoso. Por sus cualidades (es durable y fácil de mantener), Wagner hizo buen uso de él, tanto fuera como dentro del edificio.
En general, la elección de materiales estuvo marcada por los mismos criterios: economía, utilidad, durabilidad y facilidad de mantenimiento.
Funcionalidad y estética van siempre de la mano. Un buen ejemplo son los ventiladores de la Kassenhalle (los quiero en mi película, por supuesto).
Por fuera, la Österreichische Postsparkasse es una caja fuerte o cofre del tesoro, ya lo hemos visto. Dentro guarda un templo dedicado al dinero. Ese templo es la Kassenhalle, la gran sala de tres naves que contiene los mostradores de las cajas.
El techo abovedado de cristal proporciona a la sala abundante luz natural. El exterior está protegido por un segundo techo a dos aguas, también de cristal. Un ingenioso sistema de climatización evita que encima se acumule la nieve.
Eso no es todo. El suelo de la Kassenhalle es de baldosas de cristal traslúcido. De este modo la luz natural también penetra en las salas de abajo.
Wagner diseñó todo el mobiliario, hasta el último accesorio, así que animo al genio de la botella a fijarse en los detalles (obviamente, para mi película, le pido que ignore lo que no sea de la época).
El edificio de Wagner para la Österreichische Postsparkasse se considera el primero moderno de Viena. Enfrente hay un edificio gubernamental, contemporáneo de la Postsparkasse y terminado también en 1912, que parece estar ahí para dar fuerza al argumento.
Volviendo a mi película, soy consciente de que se van a necesitar más localizaciones. Que el genio de la botella no se preocupe porque el centro de Viena está lleno de lugares que podrían servir.
Propongo, por ejemplo, el ático acristalado de la Ankerhaus (1895) en el Graben, porque también es obra de Otto Wagner. Además, aquí tuvo su estudio Friedensreich Hundertwasser, otro genio creativo.
La calle Fleischmarkt queda de camino y tiene sitios que serían perfectos para la película retrofuturista de mis sueños, especialmente los edificios del arquitecto Arthur Baron (1874-1944).
El precioso edificio de los hermanos Anton y Josef Drexler en la Löwengasse parece una tarta y no está muy en sintonía con lo que he pedido en mi deseo, pero ¿se podría incluir, por favor, algún plano de las doncellas y el globo terráqueo? Es el último capricho, no quiero fastidiar más al genio de la botella.
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