Vrijdagmarkt, el mercado de los viernes en Gante

Vrijdagmarkt (en español, mercado de los viernes) es una de las plazas más antiguas de Gante. El uso que se le viene dando no nos pilla por sorpresa, ya que se deduce gracias a su nombre. En efecto, cada viernes se organiza aquí un mercado de larguísima tradición que se remonta, según parece, al año 1199. Aunque siempre hay excepciones. Esta semana, sin ir más lejos, la plaza ha tenido que rendirse a las fiestas más importantes de la ciudad.

Las fiestas de Gante (Gentse Feesten) tienen lugar en el mes de julio y duran diez días, entre los que el 21 (el día nacional de Bélgica) siempre está incluido. Cada metro cuadrado disponible dentro del centro histórico está aprovechado al máximo para poder ofrecer de todo a todos, esto es, gran variedad de espectáculos, atracciones y muchos puestos de comida y bebida.

Y como iba diciendo, Vrijdagmarkt no es una excepción, por lo que en estas fechas ha tenido que hacer sitio al festival. Pese a ello, entre carpas y tenderetes, aún asoman como pequeñas joyas rutilantes (a mí me lo parecen) las antiguas casas restauradas, con sus gabletes tan típicos elevándose decididos hacia el cielo.


Históricamente, Vrijdagmarkt ha servido de telón de fondo para celebraciones importantes. En este amplio espacio tenían lugar las llamadas Blijde Intrede (entradas jubilosas), una costumbre medieval en la que el nuevo monarca realizaba su primera visita oficial y juraba respetar los privilegios de la ciudad. Los ciudadanos, por su parte, lo recibían con grandes festividades.

No todo eran acontecimientos festivos. Como plaza principal de la ciudad, en Vrijdagmarkt se llevaron a cabo castigos y ejecuciones públicas. También se han presenciado aquí sucesos especialmente violentos. En el siglo XIV, por ejemplo, fue escenario de las luchas entre los gremios de tejedores y bataneros, en las que cientos de personas perdieron la vida.

La que fue casa gremial de los curtidores, en la esquina sureste de la plaza, tiene el honor de ser el edificio más antiguo de Vrijdagmarkt. Se construyó en el siglo XV y se le conoce como Toreken.


En la actualidad, Toreken es la sede de un centro de poesía. Sobre la torre que ha dado nombre al edificio brilla la sirena Melusine, con su melena al viento y un espejo entre las manos.


Justo en el otro extremo de la plaza se alza la fachada monumental de Bond Moyson-Ons Huis. El enorme edificio, diseñado por Ferdinand Dierkens para una cooperativa socialista, se construyó en dos fases, entre 1899 y 1902.


Estrechas callejuelas salen de Vrijdagmarkt en distintas direcciones. Por su preciosa arquitectura, Baudelostraat, en la parte norte, es mi preferida.


Inspirándose en la arquitectura tradicional flamenca, Jacob Gustaaf Semey creó una gran hilera de casas en las que pudo dar rienda suelta a su creatividad. Los adornos e inscripciones están presentes en todas las fachadas.




Las casas de Semey son de principios del siglo XX.


En la salida de Vrijdagmarkt hacia el oeste también hay algo interesante. Dulle Griet, la bombarda gigante hermana mayor de Mons Meg en el castillo de Edimburgo (¡qué recuerdos!), apunta directamente a todo el que se aventura en esa dirección.


En su honor han bautizado al pub más famoso de Vrijdagmarkt.

 

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