Un paseo por el borde de la caldera de Santorini: de Fira a Imerovigli
Comenzamos el día dando un pequeño paseo a lo largo del borde de la caldera de Santorini. Partiendo justo del lugar donde nos despedimos la noche anterior, vamos a recorrer el corto tramo que une Fira, la capital, con la pequeña localidad de Imerovigli, situada unos tres kilómetros más al norte.
Durante todo el camino vamos a poder apreciar la forma
envolvente de Thera, la isla en la que nos encontramos, además de divisar las otras dos
que conforman el límite de la caldera por su parte occidental: hacia el
noroeste la isla de Thirasia, que también está habitada, y al suroeste la
diminuta Aspronisi (isla blanca).
Asimismo, las oscuras lavas de las jóvenes islas situadas en
el centro de la caldera inundada, Nea Kameni (nueva quemada) y Palea Kameni
(antigua quemada), van a ser un recordatorio constante de que, aunque dormido,
el volcán de Santorini sigue todavía activo.
No obstante, el recorrido que vamos a realizar es
enteramente urbano. La ruta discurre a lo largo de tortuosas calles repletas de
miradores que ofrecen vistas espectaculares del entorno natural y de los
pequeños pueblos que cuelgan de lo alto del acantilado.
A lo largo del trayecto vamos a encontrarnos con una gran
cantidad de iglesias de todas formas y tamaños (después de todo, Santorini cuenta
con más de 450). En el punto donde comenzamos el paseo se alza una bastante moderna.
Se trata de la catedral metropolitana ortodoxa de Ypapanti
tou Sotiros (Presentación del Salvador). Fue construida tras el terremoto de
1956, que causó graves daños en toda la isla, entre ellos la destrucción de la
anterior iglesia.
Caminamos en dirección norte hacia la parte alta de Fira,
donde se ubica el barrio católico. En esta zona se encuentra la estación del
teleférico, que conecta la localidad con el puerto salvando un desnivel de unos
260 metros.
Tan solo unos metros más arriba nos encontramos con la
diminuta y colorida iglesia católica de Agios Stylianos, situada en el borde
mismo del acantilado.
Todo tipo de barcos, algunos de gran calado, navegan dentro
del perímetro de la caldera. Esto es posible gracias a la gran profundidad de sus
aguas, que en algunos puntos alcanza los 400 metros.
En algún lugar del camino salimos de Fira y llegamos al pequeño
pueblo de Firostefani, que en la actualidad está unido a la capital y se le
considera un barrio más. Lo sabemos con seguridad cuando reconocemos la famosa
iglesia de las tres campanas, aunque la fachada que da a la calle no es tan
conocida.
Hay que tomar un pequeño desvío para verla desde una
perspectiva que nos resulta mucho más familiar.
El nombre oficial de esta iglesia es Koimisi tis Theotokou
(Asunción de la Virgen) y es de rito católico. Data del año 1757, aunque ha
sido objeto de diversas renovaciones y restauraciones, una de ellas tras el
terremoto de 1956, en el que sufrió grandes daños.
Retomamos la ruta y continuamos cuesta arriba por la calle,
que se aleja ahora del acantilado conduciéndonos al centro de Firostefani, que
literalmente significa la corona de Fira. Un nombre muy apropiado.
En pleno corazón de Firostefani nos detenemos un momento
para recrearnos en los azules y blancos de la iglesia ortodoxa de Agios
Gerasimos, construida en el año 1807, que en estos momentos luce espléndida
bajo un cielo límpido.
Reanudamos el paseo para detenernos tan solo unos metros más
adelante. Nos deleitamos esta vez con los tonos pastel de la cúpula y el
campanario de la iglesia católica de Agios Markos Evangelistis.
Afortunadamente, no nos vemos obligadas a elegir nuestra
iglesia favorita de Santorini, dado que sinceramente nos resultaría imposible.
Tras apenas cinco minutos de marcha (así de cerca está
todo), hacemos nuestra siguiente pausa. Nos encontramos ahora frente al monasterio
de Agios Nikolaos, en las afueras de Imerovigli.
Fundado en 1651, está dedicado a tres santos: Panteleimon,
Zoodoxos Pigi y Nikolaos. El monasterio fue construido en su actual ubicación
en el año 1820, ya que originariamente se encontraba dentro del castillo de
Skaros.
El acantilado sobre el que se sitúa la blanca Imerovigli
alcanza una altura de unos 300 metros, el punto más elevado del borde de la
caldera. Así se nos presenta desde la parte trasera del monasterio de Agios
Nikolaos.
Aunque el terremoto de 1956 (nos estamos aprendiendo muy
bien esta fecha) destruyó prácticamente todo Imerovigli, el pueblo ha sido
reconstruido en los años posteriores. Acertadamente, la normativa exige que se
respete el estilo tradicional.
Nos estamos aproximando ya al final del itinerario que nos
habíamos propuesto realizar. La última cuesta arriba nos conduce hasta la
iglesia ortodoxa de Agios Anastasios.
Muchas parejas eligen esta iglesia para celebrar su
boda. Una de las razones es la belleza del edificio. El otro motivo, todavía más importante, es su localización.
Desde aquí, en el punto más elevado del acantilado, incluso
es posible divisar el circundante mar Egeo extendiéndose hacia el este y la
isla de Anafi en la distancia.
El último tramo, tan solo unos pocos metros, es todo de
bajada. La pausa que hacemos en esta ocasión es para ceder el paso a los que están trabajando duro.
Finalmente, aparece ante nuestros ojos la pequeña capilla de Agios Ioannis Apokefalistis (San Juan decapitado) o Katiforis (cuesta abajo). Desde aquí continuaremos hasta la roca Skaros, pero eso es otra historia.
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